La Ley de Servicios Digitales o DSA por sus siglas en inglés (Digital Services Act) es una nueva normativa europea aprobada en el año 2022 que despliega sus efectos de manera plena desde el 17 de febrero de 2024.
La DSA se ha promulgado como Reglamento de Servicios Digitales para garantizar su aplicación uniforme en toda la Unión Europea y puede afectar a todos los servicios que se presten por Internet: desde una simple web en la que haya transacciones económicas a las plataformas de alquiler de inmuebles y las redes sociales.
Esta normativa, juntamente con la Ley de Mercados Digitales o DMA, supone un gran cambio en la regulación de los servicios en Internet en Europa, y adopta y sustituye parcialmente la Directiva de Comercio electrónico del año 2000, que supuso el inicio de esta regulación en Europa.
La Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales tienen por objeto crear un espacio digital más seguro en el que se protejan los derechos fundamentales de los usuarios y establecer unas condiciones de competencia equitativas para las empresas.
La Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley del Mercado Digital (DMA) constituyen un conjunto único de normas que se aplican en toda la UE. Tienen dos objetivos principales:
Crear un espacio digital más seguro en el que se protejan los derechos fundamentales de todos los usuarios de servicios digitales
Establecer unas condiciones de competencia equitativas para fomentar la innovación, el crecimiento y la competitividad, tanto en el mercado único europeo como a escala mundial.
¿Qué son los servicios digitales?
Los servicios digitales incluyen una gran categoría de servicios en línea, desde sitios web simples hasta servicios de infraestructura de Internet y plataformas en línea.
Las normas especificadas en la Ley se refieren principalmente a los intermediarios y plataformas en línea. Por ejemplo, los mercados en línea, las redes sociales, las plataformas de intercambio de contenidos, las tiendas de aplicaciones y las plataformas de viajes y alojamiento en línea.
La DSA incluye normas específicas para plataformas en línea de muy gran tamaño y motores de búsqueda. Se trata de plataformas en línea e intermediarios que tienen más de 45 millones de usuarios al mes en la UE. Deben cumplir con las obligaciones más estrictas de la Ley.
La Ley de Mercados Digitales incluye normas que rigen las plataformas en línea de guardianes de acceso. Las plataformas de guardián de acceso son plataformas digitales con un papel sistémico en el mercado interior que funcionan como cuellos de botella entre las empresas y los consumidores para servicios digitales importantes. Algunos de estos servicios también están cubiertos por la Ley de Servicios Digitales, pero por diferentes razones y con diferentes tipos de disposiciones.
¿Por qué son necesarias las DSA y DMA?
Los servicios digitales impactan nuestras vidas de muchas maneras diferentes. Los usamos para comunicarnos, comprar, pedir comida, encontrar información, ver películas, escuchar música y más.
Los servicios digitales también facilitan a las empresas el comercio transfronterizo y el acceso a nuevos mercados.
Si bien estos son algunos ejemplos de los muchos beneficios de la transformación digital, también hay problemas.
A pesar de una serie de intervenciones sectoriales específicas a escala de la UE, siguen existiendo importantes lagunas y cargas jurídicas que abordar en los albores de la Década Digital 2030.
Por ejemplo, algunas grandes plataformas controlan ecosistemas importantes en la economía digital. Han surgido como guardianes en los mercados digitales, con el poder de actuar como fabricantes de reglas privadas. Sus reglas a veces resultan en condiciones injustas para las empresas que utilizan estas plataformas y menos opciones para los consumidores.
Otra preocupación es el comercio y el intercambio de bienes, servicios y contenidos ilegales en línea. Y, los servicios en línea están siendo mal utilizados por los sistemas algorítmicos manipuladores para amplificar la propagación de la desinformación, y para otros fines dañinos.
Estos desafíos y la forma en que las plataformas los abordan tienen un impacto significativo en los derechos fundamentales en línea.
Por lo tanto, la Unión Europea adoptó un marco jurídico moderno que garantiza la seguridad de los usuarios en línea, establece la gobernanza con la protección de los derechos fundamentales en su vanguardia y mantiene un entorno de plataformas en línea justo y abierto.