El nacimiento de la hija de Ana Obregón por gestación subrogada en Miami ha reabierto el debate ético sobre la obtención de bebés mediante esta técnica de reproducción asistida.
La gestación subrogada es un método de reproducción asistida caracterizado porque la mujer que gesta al bebé no será finalmente la madre del mismo, sino el de otra persona o pareja. Esta técnica, compleja desde el punto de vista ético y emocional, requiere de una mujer que, mediante un acuerdo contractual (normalmente bien remunerado), acepta gestar al bebé de unos terceros y después del embarazo renuncia al derecho de la maternidad.
Siempre que sea posible, los óvulos y espermatozoides son aportados por los padres de intención, de manera que el futuro hijo sea biológicamente suyo. De no ser posible que la madre aporte el material genético, se suele recurrir a una donante. La idea inicial es que la gestante solamente aporte el útero para mantener el embarazo y dar a luz al futuro bebé, pero no siempre es así. Después del parto, el bebé es entregado a los padres de intención.
Los contratos exigen derechos y obligaciones de cada una de las partes, especialmente de la madre gestante. Y en ellos se deja claro que el objeto del contrato es que los padres biológicos «encargan» un bebé y la madre de alquiler «se compromete a llevar a término el embarazo y dar a luz el bebé con ayuda de las técnicas de reproducción asistida».
En España la gestación subrogada es una práctica ilegal por la Ley 14/2006 y, por esta razón, las personas que tienen el anhelo de ser padres mediante esta técnica tienen que viajar a un país extranjero, como Israel o India (antes de la guerra también lo hacían a Rusia o Ucrania) o algunos estados norteamericanos como Florida, como en el caso de Obregón. En otros países como Nueva Zelanda, Canadá, Australia, Países Bajos o el Reino Unido está permitida siempre y cuando no conlleve una contraprestación económica. La reforma de la ley del aborto aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado mes de febrero refuerza la ilegalidad de la también denominada gestación por sustitución mediante la prohibición de la publicidad de las agencias de intermediación.